nuevo equipamiento.
Fecha: 03/06/12.
Tiempo: Total: 2h:20min.
Subir: 1h:45min
Bajar: 35min
Desnivel: 210m
Ferrateros: Carlos, Oscar, Isra y Kike.
Son las 7 de la mañana y sigue lloviendo a ratos con fuertes chaparrones a veces. Hemos quedado alas 8,sin una idea clara de dónde ir, lo que si que tenemos claro es que nos vamos de ferrata.
Tenemos dos ferratas en la cabeza: la Ferrata la Mora (Peña Rueba), que está en Murillo de Gállego; o, si esta mal el tiempo, irnos para Huesca a la Ferrata del Palomo.
Toda la logística del día corre a cargo de Isra, que previamente ha estudiado el día anterior y menos mal, porque si no,nos quedamos en casa.
Llegamos a Murillo y esta todo nublado, así que nos vamos hacia Huesca. Al llegar, cogemos la carretera hacia Barbastro, y nos desviamos en el cruce de Loporzano. Una vez desviados, seguimos dirección Vadiello. La vista es preciosa: nos vamos acercando a la Sierra de Guara y se nota.
Una vez que se cruzan tres túneles seguidos hay una curva muy pronunciada, con una gran explanada y unos carteles de información: hemos llegado a nuestro destino.
Preparados para la aventura
Andando por una senda unos 10min, llegamos donde empieza la ferrata, pero cual es nuestra sorpresa al llegar, pues que ¡no hay sirga de seguridad!
Después de dudar un poco si era por aquí por donde se empezaba, Carlicos empieza a subir. A mitad de roca para y se pone el casco y el arnés con grandes dotes de equilibrista, continua subiendo y lo perdemos de vista. Después de un rato le gritamos, que si mas arriba esta mejor equipado pero nada. Sólo escuchamos su voz, pero no entendemos nada de lo que dice y tampoco sabemos si él nos escuchaba, así que nos equipamos y tiramos hacia arriba.
Fijaros donde está el suelo, fue un buen chute de adrenalina.
La cara de Laspi lo dice todo.
Que felices somos !!!
Pasado este corto tramo recto, empieza lo divertido y a la vez acojonante: Subir sin parar por el estrecho barranco que el agua ha ido erosionando con los años y ha dejado formas increíbles. Con paredes casi verticales y pequeños remansos donde se queda el agua estancada y que sirve de hábitat para el tritón pirenaico. Y por ahí es por donde tenemos que subir. La verdad es que al principio costó un poco, incluso hubo algún tembleque de piernas, pero se fue quitando el miedo y disfrutamos de esta increíble ferrata.
Laspi observando la trazada y Carlicos como las cabras hacia arriba.
A veces las clavijas estaban bastante separadas. Fijaos en la zancada de Isra.
En los remansos de agua que vamos encontrando durante la subida, vive el tritón pirenaico.
Ampliad la foto, a ver cuantos encontráis. Si alguna vez os animáis a hacer la ferrata, intentad
no pisar los remansos de agua, porque se puede destruir su hábitat.
El tener las piernas cortas dificulta mucho la subida por la distancia entre las clavijas.
Carlos esperando al grupo.
Un cañón espectacular.
Laspi en las alturas.
Pared fácil y muy bonita.
Parecemos los de Parchís, un casco de cada color. Aunque Israel
sonríe, se acaba de dar un buen trompazo: Se resbaló al subir en
un tramo, que aunque no era muy difícil, se confió, soltó las dos manos
y estaba apoyado el cuerpo solo en un pie, y marchó hacia atrás,
golpeando con la pierna en una clavija. "Menos mal" que la espalda
paró contra la pared y no dejó que se soltara el disipador y se pudo
agarrar y restablecer.
Esta es la marca de la clavija en la pierna de Isra, varios días después
se le inflamó y se le puso morado desde la herida asta el tobillo.
Que bonito. ¡¡Aquí hay altura, eh !!!!
Un paso donde hay que pasar agachado, intentando
no pisar el hábitat de los tritones.
El paso anterior, visto desde arriba. Después se pasa por un
tramo sin dificultad, con grandes piedras; y se llega al final de
la ferrata.
Que sorpresa nos llevamos al llegar arriba: una pared preciosa, con sus
formas redondeadas por la erosión, sus buitres apoyados en sus vértice
y volando por encima, su altura, su color medio gris, negro y marrón... Vamos:
espectacular.
Posando para la foto de llegada, bueno Laspi pasa
de la foto y busca un sitio para almorzar. Está canino.
Buen sitio para almorzar y recordar la subida.
Ya nos vamos para abajo. Este tramo se va asegurado porque bordea
por encima de la ferrata y hay algún sitio un poco aéreo, pero es muy
sencillo.
En la bajada hay dos tramos de clavijas muy sencillos.
El "efecto bota de vino" en el rato del almuerzo,hace que a Isra
se le olvide el trancazo que lleva en la pierna.
Ultimo tramo, que aunque hay que ir asegurado, es muy fácil.
Ya llegados al coche se acabo la aventura. Como podéis comprovar
el "efecto bota de vino" sigue haciendo efecto en todo el grupo.
Después de la ferrata, lo mejor del día: un buen bocata, cerveza fresca
y buena compañia. En el bar El Puro de Riglos, desde donde veíamos
a la gente como escalaban en los mallos. ( fijaos lo que hace el "efecto vino"
más unas cervezas... ¡No quiero señalar a nadie, pero esque cambias hasta de color!)
!!!!! MAS ARISTAS Y MENOS FUTBOLISTAS !!!!!
!!!!!! YESA NO PAS !!!!!!
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