Fecha:
12/07/2014
Hora
de salida: 8:30h
Cima
pico de la Magdalena: No se sabe
Cima
punta de la magdalena: Tampoco se sabe
Llegada
al coche: 14:00 h
Desnivel
positivo: 1.400 aprox
Siempre
hay que tener un plan B. No se me ocurre mejor manera de empezar esta crónica,
puesto que de haber sido así ni nos habríamos dirigido hacia el valle de Aisa,
ni nuestro objetivo habría sido realizar la trilogía del Aspe, ni nos habríamos
mojado como lo hicimos, aunque bien es cierto, que tampoco habríamos disfrutado
de un espléndido almuerzo en el refugio de López Huici (algo que en cualquier
plan habría sucedido a buen seguro), pero menos cierto es que al final
hubiésemos realizado estas dos cimas, el Pico de la Magdalena y la Punta de la
Magdalena, que a pesar de no contar con una gran altitud, si las boiras lo
permiten, te ofrecen un escenario cuasi orgásmico-visual con espléndidas vistas
a la trilogía del Aspe, lecherines, pico Rigüelo, Collarada and company.
Los
integrantes de la excursión, Oscar, Kike, Yaiza, Julio y Palacin nos encaramos
decididos y sin plan B hacia el valle de Aisa con la idea clara y definitiva de
llevar a cabo una de las excursiones más ansiadas por algunas de nosotras, y ésta
es la de realizar la trilogía del Aspe en el día (Aspe - Llena de la Garganta - Llena del Bozo).
Así, dirección a Jaca desde Puente la Reina de Jaca,
cogimos el desvío a mano izquierda que lleva a Escara para cruzar por un camino
hasta la carretera que sube al pueblo de Aisa y pasar esta localidad hasta
llegar a la zona de parking (es decir, las cunetas de la carretera) al final de
la carretera.
De
este día se podrían contar muchas aventuras. Baños de cabeza en unas pequeñas
cascadas, almuerzo desmesurado en un refugio mandado hacer por un coronel
franquista, visita de la chuventud de Purna, coincidir con un perro que
casualmente también se llamaba Lur, y más. Pero me quedo con el giro inesperado
que dio la excursión que en mi cabeza se planteaba. Y es que, si dije que
quería hacer la trilogía en modo rápido, lo que implica ir ligero de peso, la
cruda realidad me bofeteó una y otra vez cuando durante el almuerzo, y ya tras
haber desechado la idea de ascender la trilogía, uno tras de mis compas de
viaje iban sacando termos de café, jamón cubierto de vetas grasientas, latas de
sardinas, salchichón, queso y fruta. En ese momento me rendí, y solo me quedaba
consolarme con la degustación de esos ricos manjares que bien hicieron en coger
teniendo en cuenta el desenlace final de la excursión.
A
las 8:30 h salimos del coche con las miradas puestas en nuestro objetivo algo
cubierto por las nubes que se deslizaban rápidas entre las cimas y deseando que
de un momento a otro éstas abandonaran su posición para regalarnos las
espléndidas vistas que ofrecen estas montañas.
Tras
superar la primera rampa asfaltada y que da acceso a una impresionante llanura
rodeada de montañas que protegen a las vacas que pastan a sus faldas, cruzamos
un pequeño río y seguimos nuestro camino por la senda que sube hacía la cara
sur del Aspe. Durante esta primera parte, el viento ya nos azota la cara e
impregna de lluvia que arrastra nuestra piel. El frío se deja notar, pero
proseguimos hacía adelante viendo como por momentos el cielo se oscurece más, y
notando en nuestra manos el descenso de temperaturas que en altura conviene cuidar por los riesgos que
entraña. Al final, y sin haber alcanzado
todavía el collado que da acceso a la Llena del Bozo, en asamblea decidimos por
concluir nuestra intentona y renunciamos a nuestro objetivo del día, pero es
que el tiempo así lo quería, ya que seguir en esas condiciones era una locura,
y esas montañas no iban a marcharse de donde estaban.
En
ese momento, lo primero es retroceder sobre nuestros pasos hasta alcanzar una
cota más estable, donde el frío se pueda aguantar, y sobre todo el viento no
sea tan feroz como el que teníamos allí arriba. Bajamos rápido unos metros
hasta un punto donde cruza la GR-11 que viene del valle de Hecho y se encara
hacía el valle del Aragón.
Aún
era pronto, llevábamos poco rato de caminata y nos resignábamos a retirarnos al
cobijo del coche y volver a casa de vacío, así, decidimos andar por la GR-11
hacía el Este donde el tiempo era más cordial, y donde Kike conocía una zona de
rocas aptas para el boulber, no para hacer, pero sí para enseñárnoslas de cara
a un futuro. China chana nos plantamos cerca del refugio Rigüelo, bajo las
lomas por las que asciende la GR-11 y que dan paso al collado del Rigüelo o de
la Magdalena. En ese momento debatimos si sudar un poco o no, y finalmente encaramos
la pendiente con las vistas puestas al final de la subida donde almorzaremos a
buen seguro. Cada uno a su ritmo, llegamos al final de la cuesta y nos
reagrupamos para decidir el lugar de almuerzo. Desde aquí, el refugio de López
Huici queda cercano, así que nos desplazamos hasta allí para degustar el
conjunto del cerdo ya transformado en diversos embutidos.
Tras
el parón y el hinchazón, con las piernas cargadas y el estómago a pleno
rendimiento, volvemos sobre nuestros pasos hasta llegar de nuevo al collado del
Rigüelo, sitio en el cual la idea de la retirada planea de nuevo sobre nuestras
cabeza amenazante. Por ello, decidimos emprender la marcha, pero no de bajada,
sino de subida, hasta alcanzar “esa punta de allí arriba”, o el Pico de la
Magdalena, y posteriormente nos acercamos a “esa otra de allí mismo” o la Punta
de la Magdalena. No son cimas especialmente altas, o de fama, pero ofrecen unas
vistas que poco tienen que envidiar a sus vecinas del más al norte.
Ahora
ya sí, ya nos sentimos satisfechos por la faena realizada, hemos andado, pasado
frío, comido como cosacos, vuelto a anda con dos cimas pal bolsillo, y solo queda
descender. Encaramos la pendiente al trote, algunos cabalgan algo, pero al poco
volvemos al paso, para de nuevo coger más velocidad, y así hasta llegar a la altura
de una cascada que invita al remojón capilar. Y tras hacer el fato un poco más
y visita rápida a la expedición de PURNA (dominguera), nos retiramos a nuestros
vehículos para coger carretera a casa.
A
continuación fOtIkAs HiPeR WaPaS PrImIkXs!!
Los primeros metros de asfalto...
Y damos vistas a la planicie donde las vacas pastan gustosamente, sobre sus cabezas, las nubes que nos impidieron realizar la trilogía del Aspe...
Allí, bajo ese manto gris, nuestras ilusiones frustradas...
La imagen merecía la pena el madrugar, impresionante belleza la de esta zona.
Y Yai and Julio en la retaguardia para que nadie se perdiera.
Y Kike y Oscar en la cabeza... por unos segundos.
UOHHHHHHH Boniquico!!!
De camino hacia la Llana de la Garganta, aún no llovía.
Y ya tras habernos dado la vuelta, entre pitos y flautas, Yai intenta cazar vacas para la foto.
Una foto chicos!!
Pico Rigüelo, desde el refugio Lopez Huici, una vez que ya hemos subido por la GR-11 al collado Rigüelo.
Tras una larga excursión, de más de 10 h aprox, la merecida recompensa...
Vistas desde el Pico de la Magdalena a la pista forestal. No se puede apreciar muy bien el desnivel, pero la rampa es maja.
Y al fondo, la punta de la Magdalena, desde el Pico.
Foto cima Punta.
Intentos de pino...
Una parte del valle de Aisa.
La cascada que tanto juego dio ya de bajada al coche.
Que romántico se nos pone el tio...
Tras la refrescante ducha en la cascada.
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