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Hora
de salida refugio Gabardito: 9:00 h
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Hora
cima Peña Agüerri: 11:36 h
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Hora
cima Punta Agüerri:12:36 h
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Desnivel
positivo acumulado: +-1244 m
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Distancia:
12 km
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Tiempo
total: 6 h
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Fecha:
3/01/2015
El buen
tiempo nos sigue invitando a subir montañas. Y como nos gusta madrugar para
sentirnos realizados, gustosos aceptamos las condiciones climatológicas de
enero y de nuevo nos dejamos caer en el Pirineo, más concretamente, en Peña
Agüerri y Punta Agüerri, nuestras dos damas de blanco a las que el sábado 3 de
enero subimos para enamorarnos de nuevo de la belleza natural inherente al Pirineo.
Inauguramos
el nuevo año montañero Don Victor Piolet en mano, Don Oscar piolet en el bajo y
Don Sergio piolet prestado, desde el refugio de Gabardito, entre la selva de
Oza y Hecho. A las 9 de la mañana comenzamos a andar ya sintiendo la buena
temperatura que nos acompañará durante toda la jornada, salvo en las cimas
donde el viento será un inconveniente.
Vamos bien
de ritmo, por la sombra aún, unos mirando las cimas y añorando algo más de
nieve, mientras otro flipa colorines con las murallas que levantan cientos de
metros sobre su cabeza muy pelona, cuando de pronto nuestro amigo Victor nos
propone una apuesta, cuyo premio refrescará la garganta del ganador, así como
las carteras de sus compañeros no victoriosos. “Son las 9:43, ¿en cuánto creéis
que estaremos al sol?” Cada uno dijo una cifra y el que más se acercara ganaba.
Pues bien, el mismo que preguntó ganó, y es que claro, ahora visto con
perspectiva, llevaba cavilando el resultado todo el trayecto, calculando la
velocidad del sol, la nuestra propia, la distancia… y así es como ganó. Sin
embargo nosotros dos tuvimos que echar a ojímetro en pocos segundos. Y es que,
nuestro amigo solo apuesta si sabe que gana, que para eso es una crack en
estadística y probabilidad, ¿o no?
Bueno, el
trayecto que hicimos fue coger la GR 11 que sale desde el refugio de Gabardito en dirección a Dios Tesalve hasta llegar
a un desvío en el que viramos a nuestra izquierda para bajar unos pocos metros
a un plano, desde donde subimos sin parar remontando el barranco Secús,
saliendo al collado que queda entre Peña y Punta Agüerri. Sin llegar hasta
éste, comenzamos a tirar hacia la izquierda, y entre piedras y pequeños neveros
fuimos ascendiendo hasta alcanzar la primera cima, Peña Agüerri (2283 m). Allí,
quitar mochilas, abrigarse pues el viento arrecia con fuerza, unas pocas fotos
del momento, disfrutar de los numerosos sarrios que había corriendo en pura
libertad, y volver a coger las mochilas para continuar el camino. Bajamos hacia
el collado, ahora si por su parte más alta, para dirigirnos hacia Punta. La
subida, a pesar de no presentar dificultad técnica, nos puso en precaución ya
que había resquicios de hielo en las rocas y había que medir bien donde poner
el pie para no darse una tozada. A pesar de ello, en poco conseguimos ascender
a nuestra segunda cima Punta Agüerri 2447 m. Aquí aún hacía más frío que en su
vecina, pues es más alta y parece más predispuesta a ser peinada por el viento
que viene de Francia. Así, hacemos unos selfis, nos sobamos un poco para entrar
en calor y comenzamos a descender buscando el abrigo de la cuesta que nos
protege del aire que viene del norte y poder almorzar en condiciones de
temperatura mínimamente placenteras. Al final, hayamos nuestra pequeña terraza de bar al poco de bajar y paramos para disfrutar del sol, el jamón y el
silencio que solo nosotros rompemos. Tras este instante de placer eterno que recompensa
cualquier momento de sufrimiento, necesario para ganarlo, comenzamos a bajar
tranquilamente, bueno, haciendo bastante el tontuno por los neveros, corriendo
por ellos y hostiandonos por ellos, como si sarrios fuésemos, pero está claro
que somos bastantes más torpes, endebles y feos que ellos.
Al final de la jornada llegamos al coche realmente inspirados, verdaderamente contentos y sentimentalmente alterados por la magia que una vez más estas montañas nos han
demostrado tener, que te embriagan hasta la saciedad, haciéndote perder la concepción de la realidad, pues mientras andas por sus sierras, barrancos, colinas y cimas, dejas bajo tus pies otro mundo mucho más cruel, otro mundo artificial.
A continuación, las fotos que estáis esperando.
Primeras vistas desde el parking de Gabardito a Peña Forca Lenito.
Mis amigotes preparándose con Punta Agüerri en la cima de la foto.
"¿Aquí salimos bien?""Sí".
Venga tumbaros un poco que la cámara está inclinada.
Primeros pasos por la GR-11.
Y sacando brazamen de nuevo!!!
Mama mía....
EL bisaurín al fondo.
Vistas al collado con Punta a la derecha y Peña a la izquierda.
Tarirorariro...
Pisando algo de nieve.
Uno de los pocos neveros que cruzamos durante nuestra ascensión.
Ya empezamos a vislumbrar nuestro primer objetivo del día.
Un poco más cerca de Peña Agüerri.
El collado y Punta Agüerri al otro lado.
Castillo de Acher!!!
Selfis cima en Peña!!
Otro selfis con Castillo de Acher al fondo.
Fuera esa cabeza de mi super panorámica!!!!!
Ahora sí.
Don falo corleone y el mundo bajo su mirada.
Quién fuera sarrio...
Peña Forca, Alano y Victor, suena a trío.
Subiendo a Punta Agüerri.
Segunda cima del día!!!
Ouhhhhh Yeahhhhh WTF.
Ñam ñam!!
Victor sacándose un pa luego...
Puro beso de amor a la diosa de mis montañas...
Peña Agüerri en primer plano.
Venga mozos posarme un poco para la foto.
Oscar, Victor y Bisaurín. ¿Quién ve el trió?
Ya de descenso ganseando por la nieve.
Un poco más de nieve.
Y un refugio en bastante buen estado.
Ya de regreso en el refugio de Gabardito.
Foto llegada. Estupendo día chavales!!
Y un poco de trail running...
YESA NO!!! ARTIEDA NO REBLA!!!
Y ahora, reflexiones solo aptas para plastas sentimentalistas amantes de la prosa vomitosa
Y es que
¿por qué subimos hasta allí? ¿Por qué nos gusta madrugar, sufrir, pasar frío o
calor, exponernos al riesgo,…? ¿Por qué preferimos compartir litera para 4 con
9 militares, habiendo unas posibilidades de no pegar ojo en toda la noche del
90% a causa de ronquidos, malos olores y falta de espacio para luego andar 10
horas, en lugar de irnos a un hotel o apartamento a 5 minutos de la playa andando
y tumbarse a la bartola viendo pasar las avionetas con publicidad de empresa?
¿Por qué? Por mil y un motivos. Para ti por estar en forma, para ella por hacer
unas panorámicas del copón bendito, para vosotros porque estáis artos de la
jungla urbana, para nosotras por almorzar como si no hubiera un mañana, pera
ellos y ellas por buscar la felicidad en el silencio de la cima, y para mí, por todas y cada una de las
anteriores.
Por sentirme
yo, estando conmigo mismo mientras subo 500 metros, escuchándome, sintiendo el
latir que me mantiene vivo, pensando cuando quiero, soñando cuando lo necesito
o dejándome llevar entre inspiro y expiro.
Por nuestras
conversaciones, muchas, la mayoría banales, otras ridículas, en su mayoría de
tetas, culos y penes. Otras que acaban en peleas dialécticas (pobre Kike), pero
que a su vez dan mucho aire, mucho juego. Y las menos, conversaciones
profundas, como en este día, sin la cual no tendría cabida esta inaguantable
lectura, en las que intentamos con mayor o menor éxito resolver nuestros
problemas, ayudarnos en el compañerismo, tirar de empatía, denotando amor en
una de sus vertientes quizás más ocultadas, la amistad.
Y es que, el
tiempo pasa por delante nuestra, desgraciadamente sin hacerse notar, sin dar
señal de aviso al individuo, el cual no ve que su vida cada segundo es más
corta, y para cuando suena la alarma, ya no puedes seguir soñando, te
despiertas, abres los ojos y fiesta, todo se acaba.
Por eso,
porque siento el tiempo cuando voy a las montañas, siento que lo aprovecho
hablando o en silencio, solo o acompañado, lo veo pasar, sin querer agarrarlo
ni sujetarlo, solo sabiendo que no lo tiro a la basura, que aprovecho ahora que
puedo, lo que mañana querré, pero ya no podré.
https://www.youtube.com/watch?v=t1TcDHrkQYg
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