Montañeras/os de Artieda: BLUE VELVET (6B o 5C/A1, 160 M, 5C OBLIGADO)

Y después de tanto subir y bajar montañas a lo largo y ancho de nuestra meca, el Pirineo, el pasado sábado 16 de septiembre tocaba cambiar las botas por los gatos, enfundarse el arnés, y armase hasta los topes de cintas y mosquetones para lo que se nos venía encima.

En una jornada de hermanamiento no oficial entre el CAU y el CMP, no os resuelvo las siglas para darle más emoción, elegimos Arguís y su pared de Bones como el meeting point donde poder hacer gala de nuestra depurada y consolidada técnica en la pared, en la que la palabra “PILLA!!!!” NO BRILLO POR SU AUSENCIA, y las plegarias a Pirena fueron salvación cuando tirabas de adherencia para subir.

Cinco escaladoras guapas y esbeltas para formar dos cordadas de ensueño con dos objetivos ambiciosos. Vicent, Lucia y Mirta (quién después de años y años y años y años y… se estrenó en la vías de largos) formaron cordada para subirse por la vía se Sendero Límite (200 m, V+). Mientras que Palacin y Satué hicieron lo propio para escalar como se pudo Blue Velvet (6b, 5+/Ao).

De este modo y sin más dilaciones, creo conveniente dejar la prosa de lado para centrarme en la descripción de la vía Blue Velvet que fue por la que nos subimos agarrándonos a todo Palacin y Satue.

L1: 55 metros de pura placa adherencia y grado V+, que para ser primera experiencia en esto del culo en pompa, gatear y arañar la característica arenisca de esta roca (no estoy haciendo referencia a nada sexual mal pensados!!!), no se nos dio tan mal, aunque he de confesar que olía a cacotas llegados a la R1, ya que a pesar de estar equipada, los seguros alejan como para hacértelo pensar dos veces.

L2: 40 metros con dos partes bien diferenciadas y grado V/A0. Primero se avanza por una placa adherencia como en el L1, aunque ya hemos calentado y perfeccionado la posición por lo que nos resulta mucho más fácil saliendo un grado de V. Luego se llega hasta un muro vertical muy muy muy muy y no me cansaré de decirlo muy liso a la izquierda de un techo en el que tenemos que poner a prueba todos nuestros conocimientos en esto del artificial, es decir cero, para superar lo que gradúan como V/Ao, pero nosotros tiramos de pedaletas saliendo A1. La verdad que para ser virgen en la materia, no fue nada mal la experiencia. Menos mal que estaba todo equipado y bien atado.

L3: 35 metros de transición hacia el infierno primero por placa como siempre (dos bolts) y luego por terraza herbácea fácil hasta la R3. Animo a Satue quién tras subir hasta el primer seguro y ver cuan lejos queda el segundo, se viene para abajo a tierras más fiables con una cara de susto que hasta el propio miedo se espantaría…

L4: 30 metros de estar más colgado a la pared y subir como se pueda que de escalada en libre y purista, eso sí, fue una autentica gozamen primo!!!!! Primero un diedro muy raro y que tira para atrás graduado como 6b o V/Ao. Aunque no salió ni en libre ni a la primera, salió sin necesidad de agarrarse a cosas no naturales hahaha. Y tras otros pocos metros donde tampoco te puedes relajar, llegas al muro extraplomado que lo flipas donde volvemos a poner a prueba nuestra ya perfeccionada técnica en esto del Artificial. Menos mal que me he cogido todas las cintas habidas y por haber, ya que la cuestión lo requiere. Pero al final, y tras superar los tres últimos metros en libre pero nada relajantes, se consigue llegar a la R4 y final de la vía super mega ultra happy por la experiencia con los artificiales y la placa placa.

Descenso por la misma vía en 4 rápeles, que aunque se puede hacer en tres, nos equivocamos y hacemos uno de más.

Y cuando parecía que ya estaba todo resuelto, en tierra, relajados y patatin patatan, le confío a Satue la recogida de cuerdas del último rapel para que me la lie de un modo esperpéntico. Se engancha la cuerda y no corre ni “pa tras”. Así que nada, toca volver a sacar todo y con las cuerdas que habían bajado me vuelvo a atar motivadísimo de la vida para subir el primer largo de cagarse y ver qué resultado nos depara el destino. Al final, y gracias a los rezos, Pirena decide no castigarnos y tras subir 10 metros consigo desatascar la cuerda y recuperarla sin problemas.

Mientras tanto, la cordada de Sendero Límite está también rapelando tras haber superado su objetivo, y muertos de envidia por nuestros problemillas con la cuerda atascada, deciden hacer lo mismo pero estando aún a falta de un rapel para llegar al suelo y sin casi cuerda recuperada para atarse y volver a subir. Menos mal que de nuevo Pirena nos fue fiel y empujo la cuerda dejándola caer.

Finalmente tras una larga jornada de escalada y anécdotas y risas y temores y pitos y flautas, llegamos al coche muy contentos y hambrientos de tortillas y chocolates.

Y ahora, las fotos para los que solo vean y no lean…