jueves, 22 de diciembre de 2011

ANETO 3.404 M



          Aunque con un poco de retraso, ha llegado la hora de dejar constancia de una de las aventuras más excitantes, por muchas de las sensaciones vividas en esta montaña, que nunca antes habíamos vivido en alguna expedición anterior.

          Entre los pasados 25 y 26 de Agosto de este año, Adrian, Javi, Jorge, Yaiza, Sergio soteras (Soteras), Oscar, Kike y Sergio Palacin (Palacin), realizamos la ascensión al pico más alto de los Pirineos, con sus 3.404 m, el Aneto se impone a todos los que le rodean.

          En nuestra primera jornada, dejamos los coches en el parking que tienen habilitado, donde comemos algo antes de iniciar la ruta hasta llegar al refugio de la Renclusa, lugar donde haremos noche. Ante la posibilidad de pagar un bus que te alcorza aproximadamente una hora de pateada, hacemos caso omiso de la tecnología, y como buenos montañeros que somos (no domingueros), partimos a pie desde los coches hasta llegar al refugio unas dos horas después, sobre las 18:00 h. Esta primera jornada, no presenta mayor dificultad que la de cargar las pesadas mochilas con las tiendas de campaña, comida… Una vez que localizamos el lugar donde establecer el campamento, desplegamos nuestros aposentos y simbologías y pasamos el resto del día deleitándonos con las maravillosas vistas que ante nuestros ojos se presentan, además de permitirnos una exquisita cena cuyo menú estaba compuesto de un primer plato de pasta y de segundo una longaniza asada. 

          Nos metemos pronto a dormir, ya que queremos madrugar para salir de los primeros al día siguiente, además, la lluvia empieza a aparecer. Tranquilamente, sin poder dormir mucho por el fuerte viento, la lluvia, y unos asquerosos burros (con cariño) que casi nos dejan sin  provisiones alimenticias, pasamos la noche.
Nuestra segunda jornada empieza hacia las 6:00 de la mañana, cuando tras recoger el campamento y dejar lo más pesado en el refugio, comenzamos la ruta que nos llevará a la cima. Pasamos la primera hora, aun con la modorra en los huesos y viendo el amanecer de forma tranquila. Poco a poco, nos acercamos al portillón inferior, contentos por el buen ritmo que llevamos, y de éste, pasamos al superior (2905m), donde las primeras gotas ya han hecho su aparición, la niebla empieza a ocupar el espacio y el frio poco a poco se cala entre los huesos. Seguimos nuestro camino, y tras 4 horas conseguimos alcanzar la base del glaciar. Aquí empiezan nuestros problemas:

          -Primero, no disponemos de crampones para todos, nos falta una pareja, y tenemos que dividir el grupo de ocho en dos, con la intención de que sean primero 4 los que hagan cima y regresen a la base del glaciar para dejar los crampones a la otra personas y ya que ese segundo grupo avance hacia la cima, mientras el primer cuarteto sigue con su descenso.

          -Segundo, podemos ver ante nuestros ojos una avalancha de piedras que surge de entre la niebla y se desplaza a gran velocidad por el glaciar. 

          Tras 10 minutos de parón pensando que hacer, finalmente nuestras ganas de subir son mayores a las de bajar, y el primer grupo (Oscar, Palacin, Adrian y Soteras) comienza la subida. Les cuesta 1 h y 30 min hacer cima, pasando por el temible paso de Mahoma, y con alguna duda de por dónde va en determinados momentos la senda. Sin perder mayor tiempo que el necesario para las fotos de rigor en la cima de los Pirineos, comienzan a descender pensando en sus compañeros, que están esperando y pasando un frio de horrores. Justo antes de llegar al glaciar, por sorpresa, se encuentran con el segundo grupo, que gracias a unos chicos que pasaban por la base de este, y disponían de unos crampones de sobre, han podido comenzar su ascensión final, menos mal a esta gente simpática, porque sino la cosa hubiera sido bastante más complicada. La niebla cada vez es más espesa, una fina lluvia se deja caer, y el frío parece insoportable. Con estas condiciones, el primer grupo sigue su camino hacia el refugio, donde decidimos quedar con el segundo antes de comenzar el descenso final hasta el coche. El segundo grupo, mas Palacin que decide acompañar a sus compañeros a la cima, sigue con su trayectoria. Finalmente, este último quinteto (Kike, Javi, Yaiza, Jorge y Palacin)  logra alcanzar los 3.404 m de altura del Aneto, y después de unas fotos comienza a descender rápidamente. Nuestra bajada parece sencilla hasta llegar al glaciar, donde cogemos una senda marcada en el hielo, la cual seguimos, pero en pocos momentos, empieza a desaparecer, y confusos por la espesa niebla, nos desorientamos un poco. Con algunos apuros y con más gente que nos encontramos por el glaciar, llegamos deseosos a la base de este, donde nos despojamos de nuestros crampones y seguimos buscando el camino que nos lleve al portillón Superior. Finalmente, logramos alcanzar la senda buena y con mayor tranquilidad en el cuerpo, poco a poco, continuamos hasta llegar al refugio de la Renclusa donde nos juntamos todos de nuevo, es ahí donde nos enteramos que no solo el segundo grupo ha tenido problemas para bajar, que el primero también se desorientó y le costó su esfuerzo alcanzar el refugio.  

          Tras unas 9 horas de paliza, decidimos descansar un poco, quitarnos la ropa mojada, entrar un poco en calor, recuperar algo de energía y comentar las sensaciones y emociones diversas que acabamos de vivir, antes de emprender nuestro comienzo del final del viaje. 

          Finalmente, a las 19:00 h de la tarde del día 26, después de 13 horas intensas, llegamos a los coches, muy cansados pero contentos por haber cumplido nuestro objetivo, alcanzar la cima más alta de los Pirineos, alcanzar la cima del Aneto.

A continuación, algunas fotos que reflejan nuestra experiencia.




 



 
YESA NO!!!!!!

1 comentario:

  1. Buen blog chicos!! Me gusta!!! Y hay una foto brutal sobre todo, esta: http://1.bp.blogspot.com/-_6LALBTj1PE/TupRGeKlinI/AAAAAAAAADg/ZzbMe41aRQM/s1600/100_1517.JPG

    Saludos!!!

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