sábado, 3 de noviembre de 2012

MIDI D´OSSAU (2.884 m)


Hace cuanto tiempo que deseaba escribir esta crónica. Que llegara la hora en la que sentase a recuperar momentos e imágenes que plasmar para dejar constancia de tal aventura. Que mirar al Pirineo y poder decir: ese colosal ya ha sucumbido a nuestras ganas de subirlo. Que narrar experiencias sobre montes y entre ellas se encuentren aquellas de cuando subimos el Midi d´Ossau. En definitiva, ver que cumplido el sueño que desde hace algunos años yacía en nuestra mente.

Este sueño hecho realidad que os cuento aconteció el pasado domingo 07/10/2012, que tras haberlo fijado en nuestras retinas como un objetivo a realizar desde hace algún tiempo, han tenido que pasar mientras tanto otras muchas salidas a la montaña, para al fin ponernos de acuerdo una cuadrilla elegante en cuanto a número y belleza se refiere, para decidirnos una seman antes a realizar dicha ascensión.

No se trata de un monte más, de una cima cualquiera a la que ascender. Los por qués de dichos halagos hacia tal montaña son comprendidos y compartidos por la mayoría de los aficionados al montañismo, ya se trate de domingueros o montañeros.

El pico, sin alcanzar los 3.000 metros de altitud por apenas 100, no tiene nada que envidiar ni cuantitativamente ni cualitativamente a esa categoría de los más altos de los Pirineos.


Localizado en el Valle francés d´Ossau, pasado el puerto de Portalet, se eleva 2.884 metros por encima del nivel del mar. Caracterizado por su arriesgado perfil y constituido por sus rotundas y amenazadoras paredes, hace el delirio de excursionistas y escaladores. Además, se trata de una pieza principal de todo el paisaje que conglomera el Pirineo occidental, siendo visto desde la mayoría de las cimas que lo rodean, como pueden ser la Mesa de los Tres Reyes, Anayet, Bisaurín, Collarada o el Vignemale.

Dejando ya un poco de lado las presentaciones y descripciones de rigor, es hora de entrar en materia y pasar a contar la jornada para dejar un buen sabor de boca a todxs nuestrxs lectorxs.

Como decía con anterioridad, una numerosa cuadrilla compuesta nada más y nada menos que por doce personas (creo recordar que es la primera aventura a la que acudimos dicha cantidad) nos calzamos las botas para en un día imborrable en nuestras memorias ascender y descender con éxito, para la mayoría, el pico.

Decir que no fue el mejor día para hacer montañismo, puesto que el tiempo que tuvimos nos respeto poco, haciéndonos pasar frío a la mayoría y no permitiéndonos disfrutar de las vistas del paisaje, en especial las de la cima, ya que la niebla era intensa en la parte superior del pico, y se acompañaba de una ligera lluvia que sin terminar de mojarte, te humedecía cabello, piel y huesos.

Tres coches salimos de Artieda a las 6 de la mañana. En uno iban Israel y Laspidea, que luego en Jaca recogieron a Oscar y Yaiza. En otro iban Victor, Kike, Marisa y Jose (estos dos últimos nuevos en las aventuras de las montañeras). Y en un tercer y último íbamos Sergio, Carlos, Javier Gimenez y su hijo Daniel, que con solo 10 años se enfrentó con valentía a la ascensión (también estos dos últimos son nuevos).

Llegamos al parking pasado el puerto de Portalet, y tras los preparativos y un inesperado encuentro con la gente de Biscarrués que también luchan contra un injusto e innecesario pantano, nos pusimos en marcha a las 8:00 de la mañana a una altitud de 1.710 metros.

La primera parte de la ascensión se realiza por una senda muy marcada debido al flujo continuo de caminantes que lo pisan año tras año. Así, picando de manera continua hacía arriba, la senda te porta hasta el collado de Pombie a 2.100 metros, desde el cual asoman ya las laderas rocosas del Midi, pero con la desgracia de tener la niebla presente en ellas.

Una vez que se alcanza el collado, el camino discurre llaneando ligeramente en descenso hasta alcanzar el refugio de Pombie, a 2.030 metros, junto a un bonito ibón.

Tras descansar un tiempo y reagruparnos todxs de nuevo, continuamos poniendo la vista en el segundo y último Collado de Suzon (2.130 metros), el cual se alcanza sin mucho esfuerzo, por una senda fácil que solo se ve algo complicada en una parte atravesada por rocas de distintos tamaños.

Del collado, al inicio de la roca donde se encuentra ya la primera de las 3 chimeneas que hay que ascender, apenas hay unos metros, terreno que superamos con calma hasta llegar al inicio de la verticalidad, donde de nuevo hacemos un parón para comer un poco, reagruparnos, comentar la jugada y colocarnos el material (muy aconsejable casco y para la bajada arnés y cuerda) para las chimeneas.

 La primera chimenea (2.335 metros) tiene una longitud de unos 10 metros. Se trata de un diedro por el que hay que trepar sin mucha complicación y teniendo en su parte final la mayor complejidad, pero que sin mucho esfuerzo y con la ayuda de un clavo en la roca se supera cómodamente.

Después, proseguimos el camino hacia la derecha, cogiendo más aún la cara norte del Midi, y tras poco tiempo, alcanzamos la siguiente mini aventura.

La segunda de las 3 chimeneas que hay en total alcanza los 2.431 metros y tiene una longitud de unos 20 metros más o menos, siendo la más vertical y complicada de todas. . Hay dos vías de ascensión, un diedro por la izquierda y una zona de rocas por la derecha. Nosotrxs elegimos ésta segunda, ya que nos ofrecía mejores agarres que la otra. Uno por uno la fuimos subiendo, con buen pie y firmeza, para una vez vencida ponernos en marcha hacía la siguiente y última chimenea.

Ésta tercera y última, es sin duda la más fácil de todas, alcanzando los 2.655 metros donde se llega a la cruz del portillon, que indica el final de todas las chimeneas. La subimos sin perder mucho tiempo, y teniendo cuidado con las piedras que se puedan tirar sin ánimo de herir físicamente a los caminantes que se encuentran por debajo nuestra. Más que una chimenea, según mi parecer se trata de una zona de pedreguera en la que solo en su parte final alcanza algo de verticalidad y el uso de las manos se hace casi imprescindible.

Al final de la tercera chimenea, ya nos hemos dividido en 3 grupos, y poco a poco cada uno va continuando la marcha enfrentándose ya a la última parte de la subida, la cual se hace algo larga debido a la escasa visibilidad y al tiempo acumulado de caminar en nuestras piernas.

Así, tras 4 h 30 min el primer grupo (Yaiza, Carlos y Sergio) alcanza la añorada cima del Midi, una pena que el tiempo no acompañe, pero aún con todo satisfechos por el trabajo realizado.

Pasados 15 min, el segundo grupo (Oscar, Victor, Israel y Laspidea) logra alcanzar también con éxito el cenit de la montaña. Es en este momento cuando nos hacemos las fotos de lucha y reivindicación las gentes de Artieda que luchamos contra el recrecimiento de Yesa y las gentes de Biscarrués que hacen lo mismo con el pantano de Biscarrués. Bonito momento el que se da en la cima del monte francés.

Empezamos a almorzar al refugio del viento y la ligera lluvia cuando al poco tiempo se nos unen Javier y su hijo, cansados pero muy contentos también por la hazaña. Se sientan a nuestro lado y aportan con gusto sus bienes más preciados, chorizo y queso casero y de buena calidad, junto al vino rico rico.

Y para finalizar, Kike se nos une tras un tiempo, ya que estaba acompañando a sus familiares, Marisa y Jose, quienes por muy poco no alcanzaron la cima, pero que se quedaron muy satisfechos por toda la jornada. Sin perder tiempo, Kike y Victor comenzaron el descenso para agruparse con sus respectivas madre y padre y consolidar esa relación tan bonita materno-filial/paterno-filial.

Pese al frío, aguantamos 1h 30 min en la cima, ya que se puede acabar el mundo bajo nuestros pies, que mientras quede esa rodaja de salchichón, o ese currusco de pan, nadie se mueve de sus incómodos asientos forjado en roca sólida y fría.


Al final, a las 14:00 h emprendemos todxs el camino de descenso. No hay ninguna complicación hasta llegar a la primera de las chimeneas, donde perdemos bastante tiempo debido a la escasez de ochos y otros materiales. Algunos bajan rapelando, otros destrepando, un temerario a pelo e Israel se sacrifica casi 1 h por el bien del grupo exponiéndose a olas de lluvia y frío para asegurar desde la reunión.

Después viene la segunda de las chimeneas, ya más rápida que la anterior, pues ya hemos entrenado previamente, y a su vez, la más bonita de todas, permitiéndote hacer un rapel rápido y aéreo.


Y finalmente, mientras algunxs pocos van acabando de descender por la segunda, otrxs van a la tercera y última de las chimeneas para ir colocando la cuerda en la reunión e ir bajándola y así evitar las conglomeraciones y los retrasos.

De esta manera, en pequeños grupos nos dirigimos hasta el refugio en el cual hacemos la parada técnica que nos sirve para reagruparnos de nuevo, y poder observar la belleza de la reciente cima ejecutada con éxito como consecuencia del buen tiempo que por unos momentos llega, alejandose las nubes de las paredes negras.


Es tarde ya, y sin más demora, emprendemos el camino definitivo al coche, durante el cual nos alcanza la oscuridad, a algunxs más que a otrxs, para finalizar la excelente jornada a las 20:00 h de la noche, 12 h después del inicio.


A sido un gran día para todxs, y a pesar del cansancio y del dolor de rodillas, satisfechos volvemos para casa, pensando en volver de nuevo, pero asegurándonos previamente de que no habrá la más mínima nube que nos ahogue las vistas en el cielo grisáceo y oscuro que hemos tenido hoy.


Pequeño reportaje fotográfico:

Foto de salida