lunes, 29 de diciembre de 2014

BISAURÍN INVERNAL 2670 M

Tiempo de subida: Mas menos 3 horas
Tiempo de bajada:Mas menos 2 horas sin contar con la espera a Isra.
Tiempo total: Mas menos 5 horas.
Altitud mínima: 1540m
Altitud máxima: 2670m
Desnivel: 1130m positivos.

El pasado 21 de diciembre, aprovechando el muy muy muy etc teta buen tiempo que lucía en nuestros pequeños corazones pirenaicos (muerte a la playa, fucking beach), Isra el pierde móviles (por cierto si alguien encuentra un móvil blanco y negro entre el refugio de Lizara y el collado lo Foratón que deje un mensaje en esta entrada), Mirta la crampones-pato con serpa personal (por su muy depurado style en la nieve con tecnologías nuevas para ella como son los crampones y el piolet, y menos mal que no llevaba mochila…), Yaiza la francesa con más mono de subir al Bisaurín que Lulu y Ramón de ir al Hatortxurock, Oscar el sorpresas que adelanta regalos navideños debido a la urgencia del momento, Victor que con un piolet y un punto de apoyo te mueve el mundo a su antojo, y Sergio el escritor de gilipolleces varias, subieron a una de las grandes occidentales, a una montaña aragonesa (navarra no tiene así de altas), el Bisaurín!!!

La ruta realizada fue la que va desde el refugio de Lizara, hasta el collado de lo Foratón, para luego coger la pala guapa que te deja en la cima.

Comentar que no todos pudimos subir, hubo un sacrificado, una alma caritativa, una persona que da la vida por sus amigos y amigas, y ante la falta de un par de crampones (y de móvil), cedió el orgasmo visual que en la cima padecías en favor de otro de los excursionistas al dejarle sus crampones. Un gesto que te honra, Sergio, eres muy buena persona… que no, que fue Isra!!!! Aunque cierto es que aprovechó para practicar trail running, ponerse una camiseta de tirantes térmica y muy prieta a su torso como los intestinos que conforman la morcilla casera tras la matacía en casa panadero, y continuar con la 3ª parte de la saga LA BUSQUEDA de su móvil, aunque el esfuerzo fue en vano.


Por lo demás, nada más reseñable que dé pie a jajicas, ni ganas de escribir, así que pasamos directos a las fotos de tan fantástica aventura.



Empezamos la excursión con algo de frío entre pecho y espalda.

lunes, 15 de diciembre de 2014

MIDI D´OSSAU (2884 mts)


La excursiones estivales llegan a su fin, y no hay mejor manera que despedirse con un mítico del pirineo, el Midi d’Ossau. Esta montaña ya ascendida por unos cuantos… nunca mejor dicho, montañeros de Artieda nos llamaba de nuevo, esta vez con unas muy mejores condiciones climáticas que la anterior vez. Los aventureros que nos lanzamos en esta hazaña fuimos Sergio Palacin, Mirta, Oscar “Laspi” y Oscar Ara. Parecíamos unos sherpas que arrastran a su cliente, en este caso Mirta, por ser la única nueva en esta montaña.

Madrugando, como empiezan todas las excursiones, vivimos cerca de la montaña, pero aun así hay que madrugar y más en otoño cuando las horas de sol no son todas las que querríamos, nos dirigimos hacia el Portalet y a escasos 5 km de la frontera dentro de Francia comenzó la aventura. Tras los estiramientos, no para calentar sino para desentumecer los músculos después del viaje comenzamos a andar por una senda trillada que discurre por una ladera de hierba dirección al refugio de Pombie. En estos primeros metros empezamos a entrar en calor que nos invita a quitarnos ropa, no solo hacemos paradas técnicas para ello, algún compañero tiene que hacer otro tipo de parada técnica… (Consejo: salir de casa con todas las necesidades hechas).

Tras la primera rampa que a Mirta se le hace un paseo de dominguera, llegamos al collado de Pombie y llaneando alcanzamos el refugio, desde donde se contempla la gran mole de piedra que es el Midi d’Ossau. Un sitio muy romántico. El siguiente tramo que nos queda es una senda que discurre entre una caos de piedras, muy marcada por la cantidad de personas que circulan por esa zona. Es en el collado de Suzon donde empieza a empinarse la cuesta antes de llegar el tramo de las chimeneas. Una vez debajo de ellas nos vestimos con los cascos (Nota importante: siempre llevar casco en el Midi) y el arnés, comenzamos con las ascensiones de las chimeneas, ante la inseguridad que le da la verticalidad a algún integrante, lanzamos la cuerda y asegurando desde arriba subimos todos. Así todas las chimeneas, aunque en la última nos desviamos un poco, tomamos otro acceso por un camino medio señalizado con hitos por la izquierda de la 3ª chimenea. Superadas las chimeneas seguimos ascendiendo paso a paso, china chana por la última parte de la subida, que se hace larga, esta vez visualizando todo lo que nos rodea a nuestro alrededor, llegando a ver los pitones que tiene el pico antes de su cima. En el último tramo, algo expuesto, Mirta no se siente segura de continuar, así que el resto subimos hasta la cima para hacernos las fotos de rigor y volver hasta donde esta nuestra compañera y almorzar todas juntas.

Y es cuando sin terminar de contemplar todas las vistas aparece Mirta en la cima, entre dos HOMBRETONES, segura entre ellos, dejándonos con la boca abierta pensando que con nosotros no se fía. (Que mala imagen tienen de nosotros… Sergio-pienso).

Quitando estos pensamientos, cogemos la comida y almorzamos ente la multitud que hay en la cima. Sin perder “mucho” tiempo (nuestros almuerzos si algo tienen aparte de mucha comida, es tiempo para poder comernos toda esa comida) emprendemos la bajada. Ningún problema hasta las chimeneas, esta vez nos adelantamos Laspi y yo hasta la cruz que marca la chimenea más alta, esta vez vamos por el camino bueno. Esperamos a que lleguen nuestros compañeros y a que termine de bajar otra cordada la chimenea para montar el rapel. Este tramo (las chimeneas) se hace lento ya que se forman atascos en los rapeles. Bajada esta chimenea, continuamos a la siguiente, donde nos juntamos con los colegas de Mirta, y decidimos compartir cuerda en los rapeles que nos quedan para acelerar la bajada. Tras el último rapel, el dueto de Sergio y Mirta se adelantan en la bajada, mientras Laspi y yo nos quedamos últimos en descender el rápel, para recoger la cuerda y proseguir con la marcha. El tramo hasta el refugio lo realizamos practicando Trail Running, habitual ya casi en todos nuestros descensos. Y una vez reunidos comenzamos la parte final, que aunque parezca que ya estamos abajo, se hace más largo de lo que parece. Esta vez llegamos al coche tras 10 horas de marcha, casi anocheciendo, pero aun viendo el terreno por el que caminamos.
Y a continuación, lo mejor de toda la crónica, las fotos!!


Esta vez no hicimos foto de inicio, así que pasamos directamente a las primeras rampas que te hacen sudar la gota mañanera.


Ese geta!!! oe!!!

domingo, 7 de diciembre de 2014

SIERRA DE LA BERNERA

FECHA: 26/10/2014
HORA DE SALIDA: 7:00 horas (hora nueva)
HORA DE LLEGADA:  16:00 horas
DESNIVEL POSITIVO:  1300 m



Como acaba el verano, acaban las excursiones estivales, donde los diferentes colores nos abruman por las altitudes pirenaicas. Esta no es la última para todas las montañeras de Artieda, pero si que tiene un gran significado para una en concreto, esta es KIKE, el por qué, muy sencillo, tras una valoración de todas sus cumbres en un periodo de enfermedad comprobó que solo le quedaban 7 picos de 2000 metros para llegar a los 50 picos. Y entre su nueva forma de encararse a la montaña con grandes travesías de 7 picos en cadena y su afán aventurero de descubrir las zonas más recónditas del Pirineo, nos adentramos en la Sierra de la Bernera –LA GRAN DESCONOCIDA (pico Olibon, Ruabe de Bernera, Bernera II, Bernera III, Bozo de Bernera, Bernera y Punta Alta de Napazal) para situarla se encuentra entre el Bisaurín y la trilogía del Aspe, y al sur del valle de los Sarrios.
Esta aventura la afrontamos Kike, Victor y Oscar Ara. Sí, esta vez Sergio no puede acompañarnos, todo por motivos laborales, nada de qué preocuparse.

La mañana comenzó temprano, a las 7:00 de la mañana hora vieja, a las 6:00 hora nueva, dirección al refugio de Lizara. Una vez preparado todo el material comenzamos a andar dirección Este desde el refugio, es decir dirección contraria al Bisaurín,  y Kike nos desvela un misterio que nos llevaba ocultando, ¡¡sube el hornillo de gas y chistorra!! Pero después de unos minutos pregunta si llevamos mechero, ¿cómo que si llevamos mechero? Así que vuelta al refugio a buscar un mechero. Las dotes de convicción de Victor hicieron mella en un alma caritativa y conseguimos un mechero.
Continuamos por una senda muy marcada hacia el collado del Bozo, que da paso al valle de Aisa. Por el camino nos paramos a practicar un poco de bulder. Desde el collado se tuerce a la izquierda por el barranco Iger , y proseguimos ascendiendo por el barranco hasta que después de volver a practicar un poco más de bulder, nos encaramos directos hacia el Pico Olibon cuales sarrios, dejando a nuestra izquierda la Punta Alta de Napazal. La pala que tenemos ante nosotros parece enorme, pero gracias a la cantidad de sarrios que hay por los alrededores, hacemos más paradas técnicas que de lo habitual, ya que no podemos dejar de observar esos magníficos animales. Parece para ellos un simple juego el trotar por laderas y riscos, su velocidad y las distancias que recorren en segundos rozan lo sobrenatural. Los últimos metros los hacemos casi a sprint, sin parar un segundo y disfrutando de la dureza que supone esta verticalidad de ladera. Conseguimos hacer nuestra primera cima, ya solo faltan 6 cimas para los 50. Nos hacemos las fotos de rigor y contemplamos las vistas que nos ofrece el pico, una maravilla: la trilogía a nuestra derecha, el valle de los sarrios al frente y a la izquierda toda la ruta que nos queda acompañada por las vistas al Bisuarin.
Proseguimos la ruta marcada hacia el Ruabe de Bernera, y una vez alcanzado visualizamos la cresta que acabamos de bajar del Olibón y menuda cresta (ver imágenes). ¡Ya solo quedan 5 picos! De ahí en adelante es seguir la ruta intuitivamente por la cresta de la sierra, hasta llegar a los Berneras II y III que tienen un par de pasos, más que complicados, aéreos. Fáciles de superar, a pesar del vértigo. El tramo hasta el Bozo de Bernera es un paseo. Con esta cima, Kike se coloca a 2 cimas de conseguir sus deseados 50 picos de 2000m de altitud. Bajamos al collado de Bernera y mientras accedemos a la cumbre de Bernera discurrimos si habrá un paso oculto en la pared para acceder más rápido al último pico. Es en la bajada de este pico cuando nos acercamos a la pared e intentamos dislumbrar ese paso, pero no nos queda más remedio que retroceder hasta casi el collado, desviándonos en unos hitos que nos marcan la dirección a la Punta Alta de Napazal. Entonces decidimos que es hora de cambiarnos los pantalones, así que tras un striptease proseguimos dirección a la última cumbre,  ¡la cumbre 50! Yo me adelanto para poder grabar la llegada de Kike y con la adrenalina practico un poco de Trail Running. Unos minutos más tarde llegan Kike y Victor. Kike con los ojos llorosos de la emoción, no sé si por que ha conseguido la cumbre nº 50 o por el almuerzo que nos espera.
Montamos la cocina de un restaurante con 5 estrellas Michelin y recuperamos todas las grasicas que hemos dejado por el camino. Antes de empezar a bajar volvemos a investigar una posible variante para alcorzar la bajada y acabar en el collado del Bozo, en este caso la encontramos, eso pensábamos hasta mitad de bajada, que nos equivocamos, teniendo que volver camino andado hasta encontrarla bien. La ruta que seguíamos nos llevó a una chimenea que alguno de nosotros quería bajar, al final hicimos caso a nuestra cabeza y retrocedimos, después nos enteramos que se sube escalando y se baja…. Bueno no se baja por ahí.
Desde el collado del Bozo pusimos en práctica nuestras dotes de corredores y en poco rato alcanzamos el refugio, tras unas breves pausas en el camino: recogida de champiñones silvestres, fotos a vaquitas y comprobación de que el carrito del bebé estaba vacío.
Ya solo nos quedaba tomar una agradable cerveza en el refugio y contemplar las vistas del Pirineo, además de comprobar que el mundo es un pañuelo, conociendo a dos montañeras con amigos en común.



Foto de salida