jueves, 22 de septiembre de 2016

CRESTA POSETS-ESPADAS

Y tras un mes, por fin alguien se digna a relatar de modo breve, conciso e hiper detallado una de las aventuras por excelencia del verano, y es que hacer 9 tres miles en un día no es ninguna tontería, pero si además le sumas el atractivo de crestear poniendo  en serio riesgo nuestras humildes vidas (no era para tanto pero que sería de la vida sin exageración y dramatización a lo Calleja…), pues la verdad que gana cuantitativa y cualitativamente en atractivo la excursión que a continuación se viene a narrar.

La aventura transcurrió por una de las zonas más concurridas del pirineo aragonés, y es que desde el pueblo de Eriste, justo antes de llegar a la metropoli Benasque, el abuelo Carlicos, Yaiza Pasaban, el enfermo y triste Javi, Kike Oiarzabal y Palacin y prau, emprendieron su camino el sábado 20 de agosto hacía el refugio de Ángel Orús, para recorrer en poco más de dos horetas los casi 10 km, y más o menos 1000 metros positivos que separan al coche del refugio.

Al día siguiente, y tras haber pasado una noche entretenida escuchando como a alguien se le iba la vida tras cada vomitada que se pegaba en el pasillo del refugio, con los frontales en marcha y la oscuridad como guía, nos pusimos en camino sobre las 6:30 am contando con hacer el mayor desnivel posible a la fresca antes de que Lorenzo nos saludara por el horizonte tras el Aneto.

Así pues, a ritmo ligero empezamos la excursión por la ruta normal que conduce al Posets, el segundo más alto del pirineo, para a mitad de camino coger un desvío hacia la izquierda siguiendo la GR 11.2 para alcanzar primero el Ibón de Llardaneta y luego continuar por la misma senda hasta subir al collado de Eriste, donde dimos vista al refugo de Biados y al Bachimala.

Una vez aquí, ya entrados en calor, empezaríamos a abrir la lata de los tres miles, conquistando en primer término la Forqueta SE (3008 m) y seguido el Pico de la Forqueta (3011 m). A ambos se sube desde el collado hacia la izquierda, mirando a Biados. Una vez echadas las fotos de rigor, volveriamo de nuevo al collado para meternos en faena de la buena con las crestas, alturas, vértigos, precauciones y demás, pues del mismo collado hacia la derecha, siempre mirando hacia Biados, hay unas impresionantes agujas que tienes que superar si no quieres volver a bajar hasta el ibon para subir al collado a los siguientes tres miles desde otro lado. Pero nosotros, masocas y viciosos, amantes del buen vino (menos Isra), y montañeras que no domingueras, pensamos que tomar cierto riesgo nunca está de más.

Hay que decir que la cresta no es muy técnica, y que si vas con cuidado y sabiendo lo que haces, no tiene por qué suceder na que Dios no quiera.

Tras hacer las tres agujas, con sus rodeos, sus bajadas (hay un paso de segundo grado pero bastante fácil) y trepadas,… logramos alcanzar la 3 cima del día, el Diente Royo (3010m). Contentos por lo ya hecho, seguimos con paso firme pues somos sabedores que no queda casi na… sabes? 6 cimas y muchos km por delante, más desniveles que subir y bajar.

Así pues, continuamos el camino pasando por crestas realmente bonitas, altas y algo aéreos, pero con pasos muy seguros que no impiden nuestro avance. Las siguientes cimas que encadenamos fueron: Pico Pabots (3121 m), Tuca LLardaneta (3311 m), Espadas I (3329 m) y Espadas II (3322 m).
Ya solo nos quedaban dos, y entre ellas el Posets (3375 m). A éste se llegó relativamente fácil, pues solo tuvimos que descender del Espadas II para luego afrontar la última pala del día, que no sería tal pues al final para la ascensión del 9º y tal volvería tocar tirar de cuádriceps para ascender.  

Una vez en la segunda cima más alta del Pirineo, tocaba descansar para comer algo, y recuperar antes de continuar nuestro camino por esta magnífica aventura.

Tras media hora, ni más ni menos, ni mucho ni poco, ni todo lo contrario, comenzamos a bajar por la ruta normal. De primeras es una fuerte pendiente de bajada, hasta que llegamos a un collado, donde escondimos las mochilas y ascendimos al Diente de Llardana (3085 m), lo cual fue un gran acierto, pues desde aquí pudimos observar con todo detalle nuestro pasos a lo largo de las 8 montañas ascendidas por las crestas que las separan. Realmente fue el momento zenit de toda la expedición.

Ahora ya sí que sí solo quedaba bajar, pero que bajada, unos 15 km y aproximadamente 2000 metros negativos!!! La cosa fue con calma relativa, cada uno se lo tomó como quiso, hay quién bajo más rápido y quién más lento, pero en primer lugar todos nos reagrupamos en el refugio de Ángel Orús para coger nuestras pertenencias y descansar un poco, y luego continuamos hacia Eriste, ya bastante cansados, a donde llegaríamos en poco más de 10 horas desde que saliéramos a la mañana a andar, con una sonrisa de oreja a oreja, y el alma revitalizada después de las largas y alegres noches del fin de semana pasado, verdad Kike???


Nada, ahora las pictures come siempre lo mejor, the best.


Remontando el barranco de Eriste.

lunes, 19 de septiembre de 2016

CIMAS POR LA FIBROSIS QUÍSTICA- DEL ORHI A LA MESA DE LOS TRES REYES (49 KM, 3200 metros desnivel+)

El pasado sábado 3 de septiembre, tuvo lugar el reto solidario “cimas por la fibrosis quística”, que consistía en unir los dos montes más representativos de Navarra, el Orhi, primer dos mil occidental con 2019 metros de altitud, y la Mesa de los Tres Reyes, la punta más alta de Navarra con 2446 metros. En total, las cifras eran 49 kilómetros y 3200 metros de desnivel positivo acumulado.

El objetivo principal, a parte del reto deportivo en sí mismo, era el de recaudar dinero para la Asociación de la fibrosis quística de Navarra, a la cual pertenecen algunos miembros de la Montañeras de Artieda, y fue de hecho, a una de ellas, a quién se le ocurrió esta magnífica idea, y quién la propuso y promovió hasta conseguir engañar a varias montañeras más para apuntarse al reto deportivo.

Con respecto al tema económico, simplemente decir que estamos muy agradecidos a quienes hicieron de modo altruista cualquier donación, demostrando que aún en tiempos de vacas flacas, la solidaridad y empatía aflora entre las personas.

Y entrando más en materia montañera, la aventura comenzó a las 6 de la mañana para Palacin y Kike, quienes decidieron intentar realizar todo el evento de comienzo a fin, para acompañarles en los últimos 20 km los jóvenes Alex y Javi, el artificie de la locura Isra, y el único navarro de pura cepa Laspidea. Eso sí, en la cima de la Mesa de los Tres Reyes les estarían esperando los mejores utilleros ever Paco, Carlos, Bea y Patxi, éste último miembro de la asociación también.

Todavía de noche, los primero 4 km eran de bajada por una pista forestal (aunque primero de todo hiciéramos un km de más pues nos equivocamos de pista nada más salir del coche… pero oye, era para calentar hahaha) hasta coger un desvío y acometer así la primera ascensión larga del día, 5 km y 1000 metros positivos hasta alcanzar la primera de nuestras cimas, el Orhi, en donde nos esperaba Isra que había subido por la ruta normal para esperarnos y echar unas instantáneas y ponerse romántico perdido, pues las vistas del amanecer iluminando el pirineo realmente conmovían el corazón. Así pues, y tras bajar 2-3 kms, llegábamos al primero avituallamiento en apenas dos horas.

La siguiente zona a recorrer hasta el próximo “punto de control”, era la zona desconocida, pues ninguno de los dos había estado antes por allí, y vienen a ser 17 km y otros 1000 positivos acumulados que unen el puerto de Larrau con el Refugio de Belagua, corriendo-andando justo por la frontera disfrutando de un precioso paisaje entre Francia y Navarra, ganadería, y algún que otro sube-baja realmente jodidos. Como anécdota, decir que andábamos tan “sobrados” que decidimos seguir las indicaciones de una gentil pastora que nos invitó a salir de la GR12 para sin darnos cuenta ascender una tercera cima, el Otxogorrigaña, que con sus 1920 metros ofrecía, siendo sinceros, unas vistas realmente bonitas, aunque posteriormente tuviéramos que bajar por una rampa para volver al camino realmente “bonita” también.

Y tras 5h 30min, empezaríamos la última parte de nuestro reto ya acompañados por el resto de aventureros que nos esperaban en el refugio de belagua para realizar los últimos 20 kms y 1200 metros positivos que aún quedaban por delante.

Y que mala pata tienen algunos, no?? Pues a los 50 metros de empezar Laspi se torció el tobillo, y aunque no le impidió continuar, estamos muy seguros que recordará for ever su descenso desde la cima de la Mesa hasta el refugio de Linza, lugar donde acababa el reto.

A parte de eso, reseñar que los primeros 5-6 kilometros se hicieron realmente duros, pues el calor y la humedad eran considerables ya que se va por una zona de bosque, que no ves la cima, y tampoco de fácil caminar, así pues, hubo que tomárselos con relativa calma hasta salir por encima de los 2000 metros de altitud, donde ya se deja el bosque y se ve la segunda y última cima del reto, lo cual motiva y anima bastante, dicho sea de paso. Así pues, y tras 8 horas desde el comienzo, logramos subir a lo más alto de la aventura, animados siempre por nuestro utileros que ya esperaban con mucha energía para darnos, a modo de un buen almuerzo preparado, abrazos, besos, morreos, collejas y demás gestos afectivos que se los amigos se dan.

Y aunque parezca que ya estaba todo hecho y derecho y finiquitado y prau, nein!!!! Pues quedaban aún 8 km de bajada, primero técnica y luego más corredera, desde la cima hasta el refugio de Linza donde esperaban más familiares con sandía fresca y demás cosicas ricas.

Finalmente, tras poco más de 10 horas, conseguimos acabar la magnífica aventura muy contentos por una excelente jornada deportiva, y sobretodo, montañera, rodeado de amigos y amigas, dando paso a un recuerdo que a buen seguro será inolvidable por lo que significa, ya que no corríamos para nosotras solamente, corríamos para algo más grande, ayudar en la medida de lo posible a las personas afectadas por la fibrosis quística, porque mientras Tu respiras sin pensar...Yo solo pienso en respirar.


Y a continuación, algunas fotos de la aventurilla super chachi piruli!!


Foto inicio reto!!!

viernes, 2 de septiembre de 2016

TUCA D´IXEYA (2770 m), AGULLA DE CHUISE (2675 m), Y TUCA DEL CHINEBRO (2818 m)

Ha pasado tan solo una semana desde que hiciéramos la cresta del Espadas-Posets, pero las ganas de aventura por los filos de las aristas, las alturas vertiginosas que no perdonan el más mínimo error, y la adrenalina eyaculada por la aventura nos mueven directos y decisivos hacia un nuevo valle, nuevos parajes, nuevas “esterillas”, y sobre todo, nuevos picos que conquistar, a través de la cresta de los Ixeyas, que nos moverá sobre chimeneas, collados, algún rappel, y 4 cimas a la vista inexpugnables.

Partimos Kike, Isra y Palacin desde un parking situado al poco de entrar en el valle de Estós, a pocos kms pasado el pueblo de Benasque. Son las 6 de la tarde del sábado  27 de Agosto, y mientras los domingueros y algún que otro montañero vuelven  de sus expediciones, nosotros empezamos a caminar directos hacía los ibones  de escarpinosa, situados a unos escasos 2000 metros de altitud. La senda es fácil, pero pesada, sobre todo por el material que carga Kike en su mochila, que bien podría ser la de himalayista que contrataría los servicios de un sherpa de espalda más fuerte y piel más morena. De cualquier modo, en apenas 2 horas, logramos alcanzar estos pequeños, pero bonitos ibones, lugar en donde estableceríamos nuestro campamento base, y donde dormiríamos al raso bajo la luz de las estrellas, aviones, y OVNIS reflexionando sobre el peso de la mochila de Kike, el ya no “vegetarianismo” de … (no quiero dar nombres para evitar el linchamiento público de dicha persona), y la comodidad y durabilidad de las esterillas adquiridas recientemente.

A las 6 de la mañana amanece que no es poco, y tras desayunar cómodamente un café con leche recién hecho, tostadas con pan de pueblo horneado escasos minutos antes, y zumo de naranja exprimido con pulpa inclusive, nos ponemos en marcha soñando con ese desayuno que nunca existió.
Nuestro objetivo es un collado, del cual empieza la cresta, aunque primero hay que subir al pico situado a su izquierda, para luego bajar de nuevo y proseguir con la cresta coronando hasta tres cimas.

El camino es siempre picante, y a paso tranquilo entre canchales de piedra fina y descompuesta, más grandes bloques, avanzamos ligeros, salvo Kike quien continúa porteando su mochila de 60 L cargadas hasta los topes.  Al final, logramos llegar al collado, supuesto collado mejor dicho, porque luego nos daríamos cuenta de nuestra equivocación, hecho que nos tiró al traste nuestras aspiraciones de crestas, pero no de la aventura.

Una vez en el collado, empezaríamos a subir hacía la cima, Kike por una ruta más escarpada, Palacin e Isra por otra aparentemente más sencilla. Nuestro objetivo, la Aguilla de Chuise, dejaría a Isra por el camino debido a fuerte problemas “gastrointestinales”, y por ende la separación del grupo en dos, Isra decidiría bajarse de nuevo hasta los Ibones de Perramó para acomter la ascensión de la Tuca d´Ixeya por su ruta normal, mientras que Kike y Palacin decidirían probar suerte e intentar la cresta.
Para estos dos intrépidos, la aventura por el filo acabaría pronto, pues tras subir por un lado y darse la vuelta, intentarlo por otro y volver a retroceder, al final se impuso la cordura y al no ver clara la ruta, y andar ya castigados de cabeza por la fragilidad de la roca que estaba para mírame y no me toques, decidieron tomar la misma decisión que su compañero de cordada, y bajar hasta los ibones, o casi, pues al final no descenderían tanto para no perder altura, y emprender una nueva aventura, más sencilla técnicamente, pero igual de bonita y dura que la inicialmente planteada.

Así pues, a ritmo ligero los dos aventureros lograrían alcanzar el otro collado que da acceso a la tuca por su vertiente más fácil, y sería allí donde contactaron con Isra que descendía hacia el collado desde el pico situado a la derecha, la Tuca del Chinebro. Palacin y Kike empezarían a subir a la tuca d´Ixeya solos porque Isra estaba lejos aún no parecía que no subiría. En poco, lograrían alcanzar la cima, con fáciles trepadas, y con unas vistas espectaculares hacia Benasque, el valle de Estós, Posets-Espadas, y Aneto. Y luego bajando, fue cuando vieron que Isra estaba subiendo hacia la Tuca, así que Kike lo acompañaría, ya que Isra tenía un fuerte deseo de subir a esta montaña en honor a una familiar que lleva por nombre Ixeya, mientras que Palacin decidiera subir a la Tuca del Chinebro.


Una vez cada grupo hubiera conquistado de nuevo las cimas, el grupo de juntaría para nunca más volver a separarse en el collado, para emprender el descenso hasta el coche, pasando por los ibones de Perramó, luego parando en los de Escarpintosa a recoger el material escondido, y emprendiendo el largo descenso para llegar a la maldita civilización tras más de 9 horas de increíble aventura, cambio de planes, y sensaciones más que positivas para con nosotros mismos, y nuestros allegados hahahaha.

Y ahora, las foticas de la jornada, como siempre, lo mejor.


Empezamos a prepararnos.