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Fecha:
29/06/2014
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Hora
de salida: 7:53 h
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- Cima:
10:00 h
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- Salida
cima: 10:21 h
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- Tiempo
almuerzo: 11:05/11:32 h
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- Llegada
al coche: 12:49 h
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- Desnivel
positivo: 1380 mts aproximadamente
Por fin!! Tras mucho decirnos a nosotras mismas “tenemos que
subir Peña Montañesa, un símbolo de nuestro País llamado Aragón, un icono de
las montañas, que cantamos al son de la música de la ronda de Boltaña, y como
buenas aragonesas y montañeras, tenemos la obligación moral de tocar el cielo
desde su punto más alto”. Pues ese momento ya llegó, hace unas dos semanas una
nutrida cuadrilla de chovenes d´Artieda pasamos el fin de semana en un Camping
cercano a Ainsa, y como no podía ser menos, las montañeras nos decidimos a
subir Peña Montañesa, mientras que las domingueras se iban de paseo al cañón de
Añisclo.
La expedición estaba formada por los ya veteranos y curtidos
en la batalla de la senda: Laspidea, Palacin, Victor y Lur lur lur. Al mismo
tiempo que otras tres integrantes se desvirgaban
en la misma, cuyos nombre son Raul Ramon o niño nepali (“EHHHH!!!!”), Armando “(EHHH!!!”)
y Mirta (“EHHHH!”)
Así, el sábado a la mañana salimos temprano del camping (alguno
con resaca) dirección Oncis. Tras pasar este pueblo, cogimos la carretera que
va dirección Monasterio de San Beturián, y a menos de un km de llegar a éste,
dejamos los coches en una explanada. Tras prepararnos, repartir el peso en las
mochilas, las botellas de agua, el chorizo, longaniza, jamón, fuet, queso, pan y
un gel, comenzamos la ascensión a la hora señalada arriba de esta crónica.
Como curiosidad, quiero contar la astucia, o también pena
infundada por las condiciones físicas de algunos de las integrantes, una
pequeña anécdota. No voy a decir los nombres por mantener a salvo la integridad
de dichas personas, pero todas sabemos que Frodo y Sam lo pasaron mal durante
el viaje del anillo, de igual modo que Raul y Armando llegaron los últimos a la
cima. Pues bien, se organizaron de tal modo que no llevaron ninguna mochila, y
encima, fueron los que más agua bebieron, aunque también eran los que más
cerveza estaban sudando.
La primera parte de la excursión es llevadera, se asciende
por una zona de bosque, hasta
llegar a la primera rampa entretenida
para algunas, jodida para otras. Con la paciencia de quién sabe guardar
energías para lo que queda de viaje,
subimos contemplando las maravillosas paredes que enfrente nuestra
tenemos.
Avanzamos hacia
nuestra meta mientras charramos aragonés, aprendiendo expresiones muy
necesarias como “fica-me-la” (u algo así), y asinas continuamos con la ascensión
hasta llegar a la última rampa de todas, insisto, para algunas la más
divertida, para otras la más jodida. Un primer tramo de predeguera, y luego a
tirar de pierna para conseguir alcanzar la cima de Peña Montañesa (2291 mts).
En poco menos de dos horas, todas y Lur lur lur conseguimos
tocar la punta de la más alta piedra, del más alto hito, que indica la altura
máxima, y por consiguiente, la cima de un deseo.
Las vistas merecen el sudau de la camiseta de Armando, el
temblar de las garrillas de Raul, el dolor de rodilla de Betur, el ritmo
constante y sonante de Laspi y los sollozos de alegría de Mirta (es mentira
pero había que poner algo).
Una pena no poder degustar los productos típicos de la
matacía en la cima, y tener que empezar a bajar pronto debido al fuerte viento
que allí arriba pegaba. Hecho éste, que produjo en Frodo, niño nepalí, o Raul
Ramón una profunda tristeza que lo llevó a anunciar que no se lo había pasado
muy teta durante la jornada montañera, aunque todas sabemos que en realidad eran delirios por la falta de
aclimatación.
Poco a poco, o corriendo, todas vamos bajando hasta alcanzar
una explanada a mitad de camino donde sí le damos jaque a los embutidos, y la
vida parece de otro color. Además, Betur enloqueció tras dar con unos
musardinos, una especie de bonguis, pero sin lo divertido de lo alucinógeno.
Y tras remojar el estómago con grasa porcina en forma de los
ya mencionados alimentos, continuamos nuestra marcha hasta llegar al final del
camino, es decir, el coche. La bajada se ha hecho algo más larga de lo
esperado, pero como todo en la vida, sarna con gusto no pica, o sino que se lo
pregunten a la rodilla de Betur.
Con esto y algunas fotos, esperamos representar lo que fue
una gran jornada montañera-aragonesa.