jueves, 16 de octubre de 2014

GARMO NEGRO (3.066 mts), ALGAS NORTE (3.032 mts) y ALGAS SUR (3.036 mts)

Fecha: 23/08/2014
Hora de salida: 7:47 h
Cima: 10:41 Sergio, 10:54 Mirta, 11:08 Oscar, Ana Maria y Carlos
Inicio bajada: 11:57 h
Llegada al coche: 16:15 h
Desnivel positivo: 1400m aprox.

Con tanta aventura no nos queda tiempo para escribir. Esta vez nos juntamos: Carlicos, Sergio, Oscar, Mirta y Ana Maria, en una nueva aventura de montañeras de Artieda, que  poco a poco consigue aumentar el número de aventureras.

En esta ocasión tomamos rumbo al balneario de Panticosa con el objetivo de conquistar el Garmo Negro, un tres mil que no tiene más dificultad que la de salvar un fuerte desnivel de 1400 metros.
Una vez más nos enfrentábamos a esa continua y empinada rampa que da acceso hasta los altos muros que rodean esa “destrucción de la naturaleza”, hablo del balneario, sus hoteles y ese proyecto de parking del cual solo queda un esqueleto de hormigón que no tiene ninguna utilidad.

Nada más dejar el coche partimos dirección al collado de los Algas y el Garmo Negro. El primer tramo entre pinos lo hacemos con unas cuantas capas de ropa, pues sus ramas nos tapan la luz directa del sol. Tras salir del bosque divisamos nuestro objetivo, Mirta que va muy motivada nos espera en una piedra a que lleguemos para hacernos la parada del cabrón (arrancar cuando llega el último) y marcando su ritmo, casi dejando atrás a Sergio (lo cual es imposible). China chana cogemos altura, en ningún momento la perdemos y cuando el trío rezagado, Carlicos, Ana Maria y Oscar llegan al collado esperándose encontrar a Sergio y Mirta, pero para nuestra “sorpresa” no están esperándonos, si no que los divisamos a media rampa final de la cima, esta vez se han vuelto las tornas, es Sergio quien marca el ritmo y Mirta quien le sigue la estela a cierta distancia. El resto proseguimos hasta alcanzar la cumbre en 3:25 horas. La cima casi parece Benidorm o Salou, en pleno agosto. Nos hacemos un hueco entre tanta multitud y sacamos el almuerzo, admiramos las vistas que nos ofrece la cima. Durante el almuerzo Sergio no se quita la mosca de que quiere intentar los Algas Norte y Sur y el Argualas, para ello se buscó a Mirta de compañera cuasi conejillo de Indias , así que “Emilie” y “Kilian” se separan del resto de expedición en el collado pues con una cima nos vale. En la bajada nos dirigimos directos hacia el balneario, y tras un estruendo en el cielo, divisamos un helicóptero, vemos todas las maniobras que hace  atónitos y por desgracia nos enteramos que se trataba de una maniobra de rescate. Después de observar un rato al helicóptero, proseguimos nuestro camino siguiendo los hitos hasta que llegamos a un tramo en el que dejamos de observarlos, tras ir y venir encontramos la sendera que transcurre por el fondo de un barranco. Llegando al tramo final, acelero el ritmo desquitándome el no haber corrido y con la excusa de llegar al coche para ver si aún seguía en su sitio me adelanto a mis dos compañeros. La historia de si estaba el coche o no, era porque Sergio no recordaba que había hecho con las llaves, siendo la mejor opción la de habérselas dejado puestas en la puerta del coche. Y así fue, solo que el vecino de la caravana las había escondido debajo de la rueda, muy amable por su parte. Los tres primeros aventureros esperamos no mucho más tiempo a la pareja de runners que llegaron en poco rato, para eso de las 16:15 horas. La jornada concluyó con el debate de ir a tomar unas bieras al refugio de piedra con las nuevas amigas de Carlicos o irnos a comer a Escarrilla, decisión que se decantó por la segunda de las dos opciones, pues al monte no se va a ligar, se va a pasarlo teta!!!

Por cierto, el dúo de runners, de su proyecto particular 4x3 miles, realizó la ascensión a los dos Algas, más el Garmo, quedando para otro día el Argualas, que a buen seguro será conquido.

¡YESA NO PAS!


Foto inicio expedición.

domingo, 5 de octubre de 2014

ANAYET POR VÍA DEL SARRIO II+ (2.545 mts), VÉRTICE DEL ANAYET (2.559 mts) y ESPELUNCIECHA (2.399 mts)

Fecha: 13/07/2014
Hora de salida: 8:48 h
Hora llegada al ibón del Anayet: 10:30 h
Hora de llegada a la cueva minera del Anayet: 11:10 h
Cima Anayet: 12:25 h
Cima Vértice del Anayet: 13:45 h
Cima Espelunciecha: 14:22 h
Ibón Espelunciecha: 15:05 h
Hora llegada coche: 15:25 h
Tiempo total: 6 h 38 min

Hace ya unos cuantos días que tachamos una aventura que teníamos marcada en rojo en la lista de expediciones obligatorias que hay que hacer, y es que subir a un monte tan bello, tan magnífico, y tan simbólico, como es el Pico Anayet, haciéndolo además por su famosa vía del Sarrio (II+), es algo que desde hace unos años nos habíamos prometido realizar.
Así, tras una semana de intenso estudio de la ruta mirando en diversos blogs información más que necesaria para facilitar la aventura, Kike, Isra, Oscar y Palacin nos adentramos en esta diosa de las montañas, encarándola con el respeto que se merece, y el amor que le profanamos.
La mañana empezó desde el parking de Espelunciecha, en la base de los telesillas de Formigal (hormigal para los que vomitamos en este tipo de complejos construidos sobre la especulación, la corrupción, el dinero público, y el juego sucio y mal interesado con el medio ambiente) para empezar a caminar dirección al puerto de Canal Roya, primera parte de la ruta que sube unos cuantos metros entre las pistas de esquí de la estación y algún pequeño atajo que nos inventamos.
Desde este lugar, giramos hacia la izquierda y vamos flanqueando por una pedrera que pasa por las faldas del Espelunciecha hasta llegar a alcanzar una pequeña vía ferrata que nos ayuda a subir a los ibones de Anayet. La ferrata está situada ya a la derecha del Espelunciecha, algo más alta de la mitad de la muralla que separa el valle de Canal Roya, de sus ibones, y no está muy bien señalizada, pero es fácil de subir, aunque asegurarse no es para nada una mala idea porque patio hay un rato largo.
Posteriormente, nos dirigimos hacia el comienzo de la vía, situada más o menos a la derecha de una antigua mina que explotó el hombre hace unos añicos, pero creemos que no tuvo mucho éxito porque las dimensiones de la misma tampoco son extraordinarias por su tamaño. Desde aquí, la ruta empieza a subir,  primero a la izquierda, luego a la derecha, flanqueamos un poco de aquí para allá, mientras vemos a una cordada escalar por el corredor de los franceses, pasamos por una zona algo expuesta, aquí un trepada y seguimos flanqueando, hasta acabar con una fácil trepada por hierba y roca de buena calidad que nos deja en la cima del Pico de Anayet. Sé, y soy consciente, de que leído así pueda sonar confusa la descripción de la vía del Sarrio, pero no era la intención dejar detalladamente la ruta, porque nunca hemos sido muy “técnicos” y creemos que las fotos harán mejor labor que las palabras, ya que a nosotros así nos pareció tras estudiar en otros blogs la vía.
En la cima, nos relajamos y dejamos liberar la tensión y adrenalina creada tras la magnífica aventura recién vivida, entre fotos, risas y sardinas, jamón, longaniza, pan, chorizo, queso, alguna fruta, y la bota de vino!!!!!  Estoy seguro que aún me dejo algo…
Empezamos a bajar del Anayet en dirección a los ibones por la ruta normal, la de toda la vida, la de Dios, la fácil, la de domingueros, sí, esa misma de la cadena. Y a la altura del collado que separa el Vértice del Anayet del Pico del Anayet, discutimos si subir o no al Vértice. Al final, Palacin solo va on fire a este segundo pico de la jornada, mientras el resto, the rest, siguen dejándose arrastrar por la fuerza de la gravedad hacia los ibones, donde poco rato después el grupo se reajunta, se dan unos achuchones y deliberan subir por amplio consenso al Espelunciecha, 2 pico para algunos, 3 para otro. 
La subida, aunque pronunciada, no es muy larga, y los metros se ganan fácilmente por una senda bien marcada, así pues, nuestras piernas híper musculadas que son la envidia de unos cuantos domingueros postrados en los regazos de los ibones de Anayet, nos portan en un plis plas a la cima, desde donde nos relajamos un poco para observar claramente por donde va la vía del Sarrio, y recordar los múltiples flanqueos, trepadas, y zonas “algo” expuestas y aéreas que conforman la vía.
Ya solo nos queda bajar, y algo cansados, pues las horas y el sol que aprieta de lo lindo comienzan a notarse en la cabecica, nos dejamos llevar por una pendiente bastante inclinada que campo a través, nos lleva directos hacía el coche de nuevo.
Pero aún quedaban aventuras (peligrosas) por vivir, y es que ver a Kike en gallumbos no tiene precio, y verlo metiéndose en el Ibón de Espelunciecha ya es para mear y no verter gota, puro espectáculo, pura magia, pura poesía física, algo que nunca olvidarán mis retinas. Y si aún no estáis flipando en colorines, agarraros  a donde podáis que aún quedaba lo mejor, el descenso corriendo en gallumbos mojados y camiseta prieta, con mochila y gafas de sol. Sí amigas y amigos ya puedo morir tranquilo, porque mis ojos han sido testigos de la cosa más bella que alguien puede observar… 

Ala, a continuación, las pictures “imágenes” de la aventura.


Iniciamos la aventura con el Midi a nuestras espaldas. 

sábado, 4 de octubre de 2014

PICO DE LA MAGDALENA (2283m) Y PUNTA DE LA MAGDALENA (2274m)



Fecha: 12/07/2014
Hora de salida: 8:30h
Cima pico de la Magdalena: No se sabe
Cima punta de la magdalena: Tampoco se sabe
Llegada al coche: 14:00 h
Desnivel positivo: 1.400 aprox

Siempre hay que tener un plan B. No se me ocurre mejor manera de empezar esta crónica, puesto que de haber sido así ni nos habríamos dirigido hacia el valle de Aisa, ni nuestro objetivo habría sido realizar la trilogía del Aspe, ni nos habríamos mojado como lo hicimos, aunque bien es cierto, que tampoco habríamos disfrutado de un espléndido almuerzo en el refugio de López Huici (algo que en cualquier plan habría sucedido a buen seguro), pero menos cierto es que al final hubiésemos realizado estas dos cimas, el Pico de la Magdalena y la Punta de la Magdalena, que a pesar de no contar con una gran altitud, si las boiras lo permiten, te ofrecen un escenario cuasi orgásmico-visual con espléndidas vistas a la trilogía del Aspe, lecherines, pico Rigüelo, Collarada and company.
Los integrantes de la excursión, Oscar, Kike, Yaiza, Julio y Palacin nos encaramos decididos y sin plan B hacia el valle de Aisa con la idea clara y definitiva de llevar a cabo una de las excursiones más ansiadas por algunas de nosotras, y ésta es la de realizar la trilogía del Aspe en el día (Aspe - Llena de la Garganta - Llena del Bozo).
Así, dirección a Jaca desde Puente la Reina de Jaca, cogimos el desvío a mano izquierda que lleva a Escara para cruzar por un camino hasta la carretera que sube al pueblo de Aisa y pasar esta localidad hasta llegar a la zona de parking (es decir, las cunetas de la carretera) al final de la carretera.
De este día se podrían contar muchas aventuras. Baños de cabeza en unas pequeñas cascadas, almuerzo desmesurado en un refugio mandado hacer por un coronel franquista, visita de la chuventud de Purna, coincidir con un perro que casualmente también se llamaba Lur, y más. Pero me quedo con el giro inesperado que dio la excursión que en mi cabeza se planteaba. Y es que, si dije que quería hacer la trilogía en modo rápido, lo que implica ir ligero de peso, la cruda realidad me bofeteó una y otra vez cuando durante el almuerzo, y ya tras haber desechado la idea de ascender la trilogía, uno tras de mis compas de viaje iban sacando termos de café, jamón cubierto de vetas grasientas, latas de sardinas, salchichón, queso y fruta. En ese momento me rendí, y solo me quedaba consolarme con la degustación de esos ricos manjares que bien hicieron en coger teniendo en cuenta el desenlace final de la excursión.
A las 8:30 h salimos del coche con las miradas puestas en nuestro objetivo algo cubierto por las nubes que se deslizaban rápidas entre las cimas y deseando que de un momento a otro éstas abandonaran su posición para regalarnos las espléndidas vistas que ofrecen estas montañas.
Tras superar la primera rampa asfaltada y que da acceso a una impresionante llanura rodeada de montañas que protegen a las vacas que pastan a sus faldas, cruzamos un pequeño río y seguimos nuestro camino por la senda que sube hacía la cara sur del Aspe. Durante esta primera parte, el viento ya nos azota la cara e impregna de lluvia que arrastra nuestra piel. El frío se deja notar, pero proseguimos hacía adelante viendo como por momentos el cielo se oscurece más, y notando en nuestra manos el descenso de temperaturas que en altura  conviene cuidar por los riesgos que entraña.  Al final, y sin haber alcanzado todavía el collado que da acceso a la Llena del Bozo, en asamblea decidimos por concluir nuestra intentona y renunciamos a nuestro objetivo del día, pero es que el tiempo así lo quería, ya que seguir en esas condiciones era una locura, y esas montañas no iban a marcharse de donde estaban.
En ese momento, lo primero es retroceder sobre nuestros pasos hasta alcanzar una cota más estable, donde el frío se pueda aguantar, y sobre todo el viento no sea tan feroz como el que teníamos allí arriba. Bajamos rápido unos metros hasta un punto donde cruza la GR-11 que viene del valle de Hecho y se encara hacía el valle del Aragón.
Aún era pronto, llevábamos poco rato de caminata y nos resignábamos a retirarnos al cobijo del coche y volver a casa de vacío, así, decidimos andar por la GR-11 hacía el Este donde el tiempo era más cordial, y donde Kike conocía una zona de rocas aptas para el boulber, no para hacer, pero sí para enseñárnoslas de cara a un futuro. China chana nos plantamos cerca del refugio Rigüelo, bajo las lomas por las que asciende la GR-11 y que dan paso al collado del Rigüelo o de la Magdalena. En ese momento debatimos si sudar un poco o no, y finalmente encaramos la pendiente con las vistas puestas al final de la subida donde almorzaremos a buen seguro. Cada uno a su ritmo, llegamos al final de la cuesta y nos reagrupamos para decidir el lugar de almuerzo. Desde aquí, el refugio de López Huici queda cercano, así que nos desplazamos hasta allí para degustar el conjunto del cerdo ya transformado en diversos embutidos.
Tras el parón y el hinchazón, con las piernas cargadas y el estómago a pleno rendimiento, volvemos sobre nuestros pasos hasta llegar de nuevo al collado del Rigüelo, sitio en el cual la idea de la retirada planea de nuevo sobre nuestras cabeza amenazante. Por ello, decidimos emprender la marcha, pero no de bajada, sino de subida, hasta alcanzar “esa punta de allí arriba”, o el Pico de la Magdalena, y posteriormente nos acercamos a “esa otra de allí mismo” o la Punta de la Magdalena. No son cimas especialmente altas, o de fama, pero ofrecen unas vistas que poco tienen que envidiar a sus vecinas del más al norte.
Ahora ya sí, ya nos sentimos satisfechos por la faena realizada, hemos andado, pasado frío, comido como cosacos, vuelto a anda con dos cimas pal bolsillo, y solo queda descender. Encaramos la pendiente al trote, algunos cabalgan algo, pero al poco volvemos al paso, para de nuevo coger más velocidad, y así hasta llegar a la altura de una cascada que invita al remojón capilar. Y tras hacer el fato un poco más y visita rápida a la expedición de PURNA (dominguera), nos retiramos a nuestros vehículos para coger carretera a casa.
A continuación fOtIkAs HiPeR WaPaS PrImIkXs!!

Como en todas las entradas, foto de inicio en la que no hemos sudau la axila aún.